Mojácar, en la provincia de Almería y casi fronterizo con la de Murcia, forma parte de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España. Ese sello deja bien claro que estamos ante uno de esos lugares de obligada visita. En este caso, además, se trata de un pueblo peculiar, donde el centro y la zona de playa están separados por varios centenares de metros.
Casas blancas en la última estimación de la Sierra de Cabrera, y calles estrechas definen a groso modo un pequeño pueblo con mucho encanto que podrás recorrer a pie sin ninguna dificultad.
Abajo, una inmensa playa te espera para disfrutar de la zona más turística de la localidad, con numerosos hoteles y lugares de hostelería.
Nada mejor que comenzar nuestro recorrido por la Plaza Nueva, centro neurálgico de Mojácar. Su mirador nos permitirá contemplar un paisaje espectacular, donde podremos divisar el enorme valle que limita las sierras de Cabrera, Bédar y Almagrera.
Desde el privilegiado balcón que es su mirador se pueden divisar las localidades de Turre, Bédar, Los Gallardos, Vera, Garrucha, Cuevas del Almanzora y Villaricos, además de las huertas de Mojácar.
También en esta plaza podemos encontrar la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, una construcción que se remonta al siglo XVI y que es de propiedad privada en la actualidad. Actualmente funciona como tienda.
Mojácar se divide en dos partes, la que se alza sobre la montaña, donde está el casco histórico, y la que linda con la playa. El casco histórico destaca por sus casas blancas y por sus estrechas y laberínticas callejuelas, algunas de ellas bastante empinadas. Está considerado uno de los Pueblos Más Bonitos de España.
Históricamente se solía utilizar el adobe y la piedra para formar techos abovedados, aunque hoy en día la inmensa mayoría de las casas son blancas, como cientos de pueblos de pueblos andaluces.
Visita obligada. Conformado por sinuosas y laberínticas calles, este antiguo barrio judío formaba parte de extramuros cuando comenzó a construirse allá por el siglo XVII. Hoy en día está ya totalmente integrado en el casco histórico.
Curioso recinto, donde podemos encontrar una fuente con 12 caños frontales y uno lateral que vierten sus aguas a tres pilares diferentes. Asimismo, cuenta con tres canales perpendiculares a los pilares, contando cada ellos con una función determinada y diferente. Antiguamente era un lugar de encuentro para los mojaqueros, siempre con el agua como protagonista. Tanto es así que aquí se impartieron oficios como el de aguador, lavanderas o vigilantes de regadíos.
Sufrió una amplia remodelación en los años 80, adaptándose ya un estilo más moderno de aquel que en 1488 fuera escenario de la rendición pacífica de Mojácar con aquella histórica entrevista entre Garcilaso de la Vega y el alcaide árabe.
Históricamente ha sido el acceso principal y originario de Mojácar. Fue reconstruida en el siglo XVI, sobre la original puerta árabe, que se abría en la muralla.
Fue construida a finales del siglo XVI, llegando a constituir al mismo tiempo un lugar de culto y de fortaleza, lo que justifica sus grandes sillares de piedra. Aunque el interior del templo es muy sobrio, destaca su altar y una pintura del alemán Michael Sucker realizada en los años 80. Entre sus imágenes destacan la Virgen del Rosario y San Agustín, ambos patrones de Mojácar.
El hallazgo de restos orientados hacia La Meca ha llevado a pensar que fue una antigua necrópolis árabe. Ahora destaca sobremanera su estructura porticada. En la plaza podemos encontrar una reproducción exacta de una de las escenas de la Reconquista, que se recrean en la sillería del coro de la catedral de Toledo.
Además de su peculiar configuración, lo más destacado es el árbol centenario que preside la plaza y que fue traído de las Américas por un emigrante. Si miramos al suelo podremos observar el símbolo del Indalo formado por mosaicos.
Si tienes curiosidad de saber cómo se vivía antiguamente en Mojácar nada mejor que dirigirse a la calle Esteve, 6. Allí podremos encontrar esta vivienda de 200 metros cuadrados que aún sigue decorada con objetos de principios del siglo XX.
A 175 metros de altura podemos contemplar unas espectaculares vistas frontales al mar. En este emplazamiento se conserva un antiguo aljibe de origen musulman. Fue un lugar importante de vigía.
Si te gusta la cultura, debes saber que Mojácar siempre ha sido refugio de artistas. Aquí podrás encontrar dos centros. Por una parte, el Centro de arte “Mirador del Castillo”, ubicado en la calle Cuesta del Castillo, y otro denominado Centro de arte “Fuente de Mojácar” en la calle Cuesta de la Fuente.
FOTOS: Turismo Mojácar